miércoles, mayo 10, 2006

El Cangrejo Gecarcinus Ruricola desanda por el Castillo del Morro

Por: Harold Ortiz Fernández
Foto: Jorge Soria Lores


Como si quisieran desafiar la altura o asomarse al enorme balcón del oriente cubano que recibe las aguas del inmenso Mar Caribe, por estos días, miles de cangrejos de la especie Gecarcinus Ruricola , cruzan la carretera que conduce a la Fortaleza de San Pedro de la Roca, Patrimonio de la Humanidad.
Aunque el fenómeno se repite en toda Cuba -hace unos días el diario cubano Juventud Rebelde publicó el movimiento de los cangrejos en la Ciénaga de Zapata- lo singular de esta historia es que el Morro, como se le conoce a San Pedro de La Roca , a 20 kilómetros de la ciudad de Santiago de Cuba, se encuentra en una elevación donde las probabilidades de acceso de este ejemplar son muy limitadas, debido a la altura y a los cambios de temperatura que generalmente afectan a esta especie.
A pesar de que las condiciones no son las propicias en esta zona, la cifra de cangrejos visibles es cada vez mayor, sin importarles caer en el enorme foso que rodea el lugar.
Cada año, para finales de abril y principios de mayo una larga estela de Gecarcinus Ruricola (cangrejo de patas rojas con caparazón negro) transita esta carretera que enlaza la costa oeste con la ciudad de Santiago de Cuba, para aparearse y luego retornar a su hábitat.
Pasados de 10 y 15 días las hembras vuelven a realizar el mismo recorrido para depositar los huevos en el mar.
Luego de nacidos, una marea roja-negra de pequeños cangrejitos puede ser observada a mediados del mes de mayo, tapizando con su presencia el pavimento aledaño a la fortaleza del Morro.
El cangrejo Gecarcinus Ruricola tiene en el territorio un plan de conservación de este valioso ejemplar, que prestigia de cualquier modo no solo la fauna natural del reconocido lugar histórico, sino también la de la Republica de Cuba.
Los cangrejos, son crustáceos que tiene una coraza suave que protege sus suaves y delicados cuerpos. Sus pinzas la utilizan para agarrar la comida que los alimenta y para defenderse de depredadores.
Su habitad natural está muy cerca de los arrecifes y miden desde pequeños centímetros cuando nacen hasta un pie de largo cuando son adultos
Los cangrejos son muy codiciosos y peleones, y nunca parecen estar satisfechos con lo que tienen. Incluso con un jugoso gusano en la boca, un cangrejo grande intentará robar la cena de otro cangrejo.